CALVO, N.; FERRER, M.; RAMOS-QUIROGA, J.; CASTELL, E.; NIETO, Z.
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33,25 €Se estima que aproximadamente el 17-18% de los jóvenes en todo el mundo pueden presentar conductas autolesivas.
Ante el aumento de conductas autolesivas y la escasez de programas específicos para abordar estas conductas, este libro presenta un protocolo de intervención precoz para dar respuesta a las nuevas necesidades terapéuticas de los jóvenes.
Tal y como explica la Dra. Calvo, “este libro surge de la experiencia clínica y la evidencia científica que recoge la necesidad de los especialistas de disponer de un tratamiento específico que permita tratar precozmente a adolescentes y adultos jóvenes que presenten conductas autolesivas no suicidas, así como otras conductas de riesgo asociadas a la desregulación emocional y la impulsividad, y que no sean la manifestación de otros trastornos psicopatológicos. El tratamiento tiene como objetivo la sustitución de las conductas autolesivas por conductas funcionales y adaptativas”.
“Se calcula que alrededor del 17-18% de personas jóvenes en todo el mundo se autolesionan. Además, en los últimos años también se están observando conductas autolesivas en edades pediátricas, en torno a los 12 años, y acompañadas de depresión, ansiedad y trastornos de conducta alimentaria”, afirma el Dr. Ramos-Quiroga. “Nuestro entorno no es una excepción, y preocupa el incremento sostenido de conductas autolesivas no suicidas y suicidas en nuestros jóvenes en los últimos 10 años. Todo ello se está observando en los servicios de urgencias, que cada vez atienden a más jóvenes con estas conductas”, añade el Dr. Ferrer.
Las autolesiones tienen un gran impacto en la etapa de desarrollo que los expertos han identificado con el acrónimo Tay (transitional age youth), que comprende el periodo que va de la adolescencia tardía (15-16 años) hasta la edad adulta temprana (25 años). Este periodo se considera un momento crítico del neuro y psicodesarrollo por ser de máxima vulnerabilidad para el desarrollo de problemas de salud mental. Aproximadamente el 75% de las enfermedades mentales emergen antes de los 25 años, de ahí la importancia de disponer de intervenciones precoces de mayor efectividad en la posible modificación de la trayectoria hacia una enfermedad mental.
“El Programa Taysh se enmarca en un proyecto destinado a dar respuesta a las nuevas necesidades terapéuticas de los jóvenes, muy relacionadas con el fracaso en la regulación emocional. Es importante ofrecer opciones de tratamiento multidisciplinares, versátiles y sobre todo adaptables a sus hábitos. Por ello, aunque en una primera fase el Programa se aplicará en un entorno hospitalario, se ha diseñado una estructura de terapia para que pueda ser aplicado tanto en el ámbito sanitario como en el no sanitario. Consideramos que para el éxito del tratamiento es importante acercarse al entorno habitual y reducir el estigma asociado a estas conductas. Es evidente la necesidad de incrementar los recursos para el tratamiento, pero para que estos sean eficaces se deben tener muy claras las necesidades actuales de los más jóvenes” explica el Dr. Ferrer.
Los pacientes candidatos a beneficiarse del Programa TaySH son adolescentes y adultos jóvenes de 15-25 años que son derivados a Consultas Externas (CCEE) de Psiquiatría desde las urgencias del Hospital Infantil por algún tipo de conducta autolesiva no suicida. Se trata de un programa estructurado, breve y flexible, específicamente di¬señado para el manejo de las autolesiones no suicidas en gente joven, que consta de 4 módulos básicos con un total de 12 sesiones individua¬les semanales que se desarrollarán en régimen ambulatorio. “La participación del paciente es uno de los pilares de este programa. Dispondrá de material que deberá trabajar a diario, así como de un registro semanal que permitirá la monitorización de las conductas, para el aprendizaje de nuevas habilidades y estrategias que le permitan manejar la desregulación emocional y la impulsividad, que son la base de estas conductas”, comenta la Dra. Calvo.
Las autolesiones no suicidas se definen como todas aquellas conductas deliberadas, intencionadas y autoinfligidas de autodestrucción de algún tejido corporal sin intención suicida, según se recoge en el sistema diagnóstico internacional DSM-5 (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, APA 2013). El hecho de que el DSM-5 las presente como potencial entidad nosológica y no como una manifestación psicopatológica de trastornos psiquiátricos muestra la importancia que la comunidad científica le otorgan en la última edición del DSM. “Asimismo, recientes estudios científicos publicados reflejan no solo su importancia, sino también la necesidad de desarrollar intervenciones psicoterapéuticas para su abordaje”, indica la Dra. Calvo.